martes, 3 de marzo de 2015

El rompimiento del bloqueo cultural entre Cuba y Puerto Rico impuesto por el imperialismo gringo

El rompimiento del bloqueo cultural entre Cuba y Puerto Rico impuesto por el imperialismo gringo


Dedicado a Fernando (Blakie) Benítez
y a Isabelo (Tanny) Santiago (Q.D.P.)
                                                       
Por Carlos Rivera con el apoyo de Juan Antonio (Papo) Castillo                                                       


Según nuestras fuentes informativas fidedignas todo comenzó al mediodía con la visita de Pedro Clemente y Fernando Benítez al despacho legal de los abogados boricuas Ramón O`Neill Santos y Calixto Díaz Alonso, localizado en el Edificio Lemans frente al Centro Judicial de Hato Rey en los días previos a la inauguración de los VIII Juegos Panamericanos de 1979 (1-15 de julio de 1979), en San Juan, Puerto Rico.

Pedro y Fernando (conocidos como Capitol y Blakie respectivamente) conocían al Lic. Ramón O`Neill (Moncho O`Neill) desde que fueron estudiantes en la Universidad de Puerto Rico. En ese momento los tres participaron en la formación de un proyecto contestatario a la penetración musical gringa y de reivindicación de la cultura puertorriqueña concentrando en los géneros musicales negroides y mulatos de la bomba y la plena. Lo cual desembocó en el Festival de Bomba y Plena de Puerto Rico.(1)

Capitol y Blakie (2) le presentaron a Moncho lo que entendían como un contrato que le había hecho llegar el Presidente o Director de los VIII Juegos Panamericanos en donde les concedían al Festival de Bomba y Plena la organización de la parte musical/artística de los Juegos Panamericanos que se realizaría en el antiguo campo de golf del antiguo Fuerte Brooke. (3) El mismo contenía lo fundamental del área a cubrir y establecía unilateralmente la cantidad de dinero a recibir por organizar y realizar esa parte de los Juegos Panamericanos. Además contenía la firma del representante de los VIII Juegos Panamericanos, que si mal no tenemos el dato era de nombre Richard Carrión, de la familia accionista mayoritaria del Banco Popular de Puerto Rico.

Tanto Capitol, Blakie como Moncho entendía la importancia de esa actividad dentro del evento principal para difundir aún más los géneros de la bomba y la plena, pero también coincidía en que la cantidad a recibir era poca por el trabajo a realizar. En su momento O’Neill, viendo que no estaba estampada las firmas de ambos, les preguntó si en algún momento previo habían negociado y/o firmado otro contrato. Contestándoles en la negativa ambas preguntas. A lo que le replicó que no había contrato que los obligase. Como se tenía interés en el proyecto, acto seguido se comunicaron con la Dirección o Coordinación de los Juegos Panamericanos concertando una cita.

Al otro día, ya en la sede de la Coordinación de los Juegos Panamericanos, se le dejó saber al Sr. Carrión y a su representante legal la necesidad del aumento en la cuantía a recibir como pago y ciertas modificaciones al proyecto de contrato. Estos contestaron que para ellos ya existía un contrato. A lo cual se les replicó que no porque eso era un proyecto de contrato y que la mejor prueba era que no estaba suscrito por Clemente ni por Benítez. Los de la Coordinación de los Juegos Panamericanos insistieron en su posición y ante ello optaron por retirarse Capitol, Blakie y el Lic. O’Neill. Viendo esto los de la Coordinación los llamaron, cambianron de actitud y se renegoció y suscribió un nuevo contrato. Recibiéndose en el momento el primer pago de la cuantía pactada. Y así comenzó la odisea que cubriría todo el periodo de los VIII Juegos Panamericanos.

Con el tiempo en contra se comenzó la organización de la parte artística/musical de los Juegos, convirtiéndose en la sede administrativa del VIII Festival de Bomba y Plena el despacho legal de los licenciados O`Neill Santos y Díaz Alonzo.

La organización implicaba:

1-      Las gestiones con las agencias del Gobierno colonial para que apoyaran con la acometida de la energía eléctrica para el área en el ex campo de golf en donde se realizaría el Festival de Bomba y Plena de los VIII Juegos Panamericanos, apoyo – en coordinación con personal del Festival de Bomba y Plena - para la entrada y salida de los que trabajarían en esa área.
2-      Contratación del sistema de sonido adecuado porque era abierto y muy grande el espacio en donde se celebraría el evento.
3-      Contratación del sistema de luminotecnia adecuada por la misma razón anterior.
4-      Contratación de la tarima.
5-      Contratación de las letrinas sépticas portátiles para el sexo hermoso y para el feo.
6-      Otorgamiento de contratos para el establecimiento de kioskos de  venta de comidas, bebidas y artesanía.
7-      Otorgamiento de contratos para el diseño y producción (por artista plástico reconocido e identificado con el proyecto) de carteles y  camisetas alegóricas al Festival de Bomba y Plena en los VIII Juegos Panamericanos para venderse y apoyar a la vez al artista.
8-      Señalamiento y separación del área para estacionamiento.
9-      Construcción de las oficinas operativas del Festival de Bomba y Plena.
10-   Construcción del kiosko del Festival de Bomba y Plena.
11-   Contratación de artistas, agrupaciones musicales y de bailes nacionales concentrando en los géneros de la bomba y la plena. Y de países participantes afines con los géneros antes mencionados.
12-   Aprobación, impresión y distribución del Programa Artístico/Musical. Con sus respectivos participantes y horario (desde las 11:00 de la mañana a 12:00 de la noche.
13-   Relación del personal que recibiría gafetes de la Coordinación de los VIII Juegos Panamericanos para poder circular por San Juan y accesar a la sede del Festival de Bomba y Plena.
14-   Contratación del personal de seguridad
15-  Etc., etc., etc…

El despacho legal (ya ampliada la comitiva del Festival de Bomba y Plena) era un torbellino de personas entrando y saliendo desde temprano en la mañana hasta altas horas de la noche. Cumpliendo con sus respectivas tareas. Allí se codeaba fraternalmente: artesanos, kioskeros, músicos, cantantes, declamadores, vendedores, abogados, sonidistas, luminotécnicos, artistas plásticos, payasos, impresores y uno que otro amansaguapos. Era un  concierto de voces y arcoíris de colores en donde predominaba el color sepia. Al fin y al cabo, en Borinken quien no tiene dinga tiene mandinga. Y quien no tiene de castellano, tiene de corso y canario. ¡¡Y ni se diga de taino!!

Dentro de esa dinámica, un día en la mañana, sorpresivamente se presentó un cubano acompañado de un compañero del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). El de la Antilla mayor resultó ser Américo Miranda, quien era el Representante Artístico de la delegación artística cubana compuesta por la Orquesta Aragón, Los Papines, Elena Burques y Luis Carbonell. ¡Nada más, pero nada menos! Américo dejó saber del interés de los cubanos de participar en el Festival de Bomba y Plena y de los impedimentos que le habían puesto las autoridades imperiales gringas para entrar al territorio nacional borinqueño. Entre ellos, el llevar varios días en el barco que los trajo de Cuba en aguas internacionales en las afuera de la Bahía de San Juan bajo el ardiente Sol antillano. Lo del barco cubano en las aguas internacionales era de conocimiento público porque los medios informativos coloniales lo habían informado. ¡¡Y ahí comenzó la odisea dentro de la otra odisea!! Que ahora les voy a contar. No se me desesperen.

En la conversación inicial con Miranda, este, además, dejó saber de su interés de que los artistas cubanos participaran bajo paga en otras actividades fuera de los Juegos Panamericanos, respaldando la calidad de los cubanos (sabida de antemano por Capitol, Blakie, Moncho y Calixto) con recortes periodísticos de varios países europeos y americanos. Y acordaron comenzar las gestiones legales para lograr que el gobierno imperial gringo autorizara la entrada de la delegación cubana a Borinken. O`Neill se ocuparía de lo anterior y Clemente y Blakie de adelantar los posibles lugares de diferentes municipios de Puerto Rico en donde pudiesen presentarse y Díaz de los contratos y otros menesteres.

Poder lograr que la delegación artística cubana entrase a territorio nacional borincano implicó, según nuestra investigación, lo siguiente, entre otras cosas:

1-      Entrar en comunicación con el Departamento de Estado de la colonia del Estado Libre y Asociado de Puerto Rico.
2-      Entrar en comunicación con el Departamento de Estado del Gobierno imperial de Estados Unidos de América (EE.UU.)
3-      Entrar en comunicación con la sección de intereses de EE.UU. en la Habana, Cuba mediante tercer país (no pudimos asegurarnos con qué país fue)
4-      Entrar en comunicación por terceras personas con el Gobierno de Cuba.
5-      Probar que la calidad de los artistas cubanos era de nivel internacional.
6-      Redactar un contrato en inglés y suscribirlo en donde se hacía una relación de los lugares en donde se iban a presentar los cubanos, con sus respectivas fechas y respectivos pagos.
7-      Pagarle a los cubanos mediante cheques.
8-      Y afianzar el contrato para responder por cualquier violación al mismo. (4)

En víspera de recibir la autorización de entrada de la delegación cubana se dieron enfoques encontrados entre Clemente y O`Neill. El primero, como buen productor concentró su enfoque en el aspecto artístico y comercial apoyado por Benítez. Teniendo presente el prestigio que lograría el Festival de Bomba y Plena y los géneros musicales que promovían. O`Neill, por su parte, concentró su enfoque en la seguridad física de los cubanos sin que eso implicara el minimizar los otros aspectos considerados por Clemente y Benítez.

O`Neill sacó a relucir la segura confrontación que se tendría con el sector fascistas de los cubanos exilados en Puerto Rico quienes estaban vinculados con la organización terrorista Alpha 66 (vinculada a la CIA) y su par en Miami, Florida, EE.UU. (5) Y que el cuerpo de seguridad del Festival de Bomba y Plena compuesto por los Cocodrilos y los Mayengues, dirigidos por el negro Feliú, por el mulato Israel y por el taino Mayengue (6) no podrían cubrir las actividades en donde participarían los cubanos. Y que, además, les faltaban experiencias y la formación necesaria. Que había que contratar un equipo nuevo de seguridad, bajo nueva dirección.

Clemente entendió lo anterior, pero sacó a relucir que eso tendría un costo adicional y que el dinero recibido de la Coordinación de los Juegos Panamericanos apenas alcanzaba para cubrir los gastos. (En lo cual tenía mucha razón.) Por lo que había que sacar los gastos de los ingresos productos de las actividades artísticas.

Luego de una discusión intensa se acordó crear un cuerpo de seguridad que concentrara en la seguridad de los cubanos, ajena al PSP, compuesta en parte por organizadores y representantes de la Hermandad General de Trabajadores de Puerto Rico (HGTPR) (7) bajo la dirección, propuesta por O´Neill y por confirmar de Juan Antonio (Papo) Castillo Ayala. Persona controversial, para algunos, ya que años antes había salido absuelto de pertenecer a la organización clandestina independentista MIRA. (8)

El paso posterior fue reunirse con Papo Castillo, quien aceptó dirigir el nuevo cuerpo de seguridad luego de que fuesen aceptadas, mediante negociación, sus condiciones de trabajo y el pago por hombre día (alto por ser gallos castados y jugados). Así, en este cuerpo de seguridad entraron, además de los reclutados por Castillo, por parte de la HGTPR: Antonio (Tony) Bernard, Antonio (Tony Muralla) Muñoz, Benjamín (Bejo) Alemán, Isabelo (Tanny) Santiago, Florentino (Tino) Santiago, Rafael (Cano) Soto, Gilberto (El Loco) Quintero. Moncho O’Neill recomendó a Edgardo Barrera y Benjamín (Papo) Torres que no eran de la HGTPR. (9) Este cuerpo de seguridad  concentraría en la seguridad de los artistas cubanos en los eventos artísticos, incluyendo el transporte ida y vuelta a los lugares. Y también complementaría a los Cocodrilos y a los Mayengues con la seguridad de la sede del Festival de Bomba y Plena en el campo del Morro.

Finalmente, luego de haber cumplido con todas sus exigencias, el gobierno imperial gringo autorizó la entrada de los cubanos a territorio boricua y su participación en el Festival de Bomba y Plena de los VIII Juegos Panamericanos en el ex campo de golf de la fortaleza del Morro y en los otros lugares enumerados en el contrato. Lo que implicó una gran victoria luego de un arduo y agotador trabajo de los antes mencionados. Y se entró en una nueva etapa: hacer realidad lo que la tinta en el papel expresaba para romper físicamente en la patria de Valero, Barbudo, los Vizcarrondo, Betances, Bracetti, Manolo (el Leñero) Ruiz, Hostos, Ríus, de Tió, Figueroa, de Diego, Antongiorgui, Albizu, Gandía, et seq, el bloqueo cultural entre Cuba y Puerto Rico que el imperialismo gringo había impuesto por décadas.(10)

Ya con los cubanos en el lar boricua se acrecentaron los trabajos: Clemente concentró en modificar el programa de las actividades artísticas para incluir a los descendientes de los Maceo, mientras Benítez y otros del Festival de Bomba y Plena concentraban en confirmar la contratación de los lugares y otros aspectos técnicos. El negro Vigo, ex timbalero de Kito Vélez y su combo, concentró en conseguirles las cuerdas de los violines de la Orquesta Aragón que Américo había dejado saber y lo que les hiciera falta.

El torbellino en el despacho legal aumentó con la presencia de los artistas cubanos Los músicos de ambas Antillas entraron en contacto por primera vez en décadas en territorio nacional boricua y compartieron como si se conociesen de años. Y con ellos comenzaron a llegar los curiosos, los bien intencionados (como el Lic. Pedro Baigés Chapel del Comité Central del PSP, ya fallecido), los arribistas, los oportunistas y los mal intencionados. Y ya corrida la voz de la presencia de los cubanos,  como acto de magia, también comenzaron a llegar las amenazas escritas y telefónicas anónimas contra la vida de O`Neill, Clemente, Benítez, Castillo y de otros cercanos al Festival. Los arribistas y velagüiras comenzaron a cuestionar varias cosas, entre ellas la razón por qué habían hospedado a los cubanos en un hotel 3 estrellas sin aire acondicionado, como si eso fuese responsabilidad de los del Festival Bomba y Plena.

Y llegó el momento de la apertura de los VIII Juegos Panamericanos en el estadio Hirán Bithorn, en Hato Rey. Tocándole inaugurarlos el gobernador colonial Carlo Romero Barceló (11), quien con su típica obstinación y genuflexión insistía en que se tocara el himno y se izara la bandera gringa. Fue recibido con un largo y sonoro abucheo que estremeció casi todo Puerto Rico, tan fuerte que al día de hoy le deben seguir doliendo los tímpanos.

Por su parte el Festival de Bomba y Plena abrió en total esplendor, armonía y seguridad en el campo frente al Castillo San Felipe del Morro.
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Todo estaba instalado en sus respectivos sitios de acuerdo al plano aprobado, allí reinaba la fraternidad y solidaridad cultural de los pueblos. Era un festival de los pueblos, por y para los pueblos gratis.

Especialmente para la interacción fraternal entre Cuba y Puerto Rico. Allí estaban los artistas que iban a participar y aquellos que quisieron pero que no se pudo contratar por no alcanzar el dinero, entre ellos el maestro Rafael Cortijo (12) y Lucecita Benítez.

No nos pudieron precisar si fue en el día de la inauguración o posteriormente, cuando aconteció lo siguiente: estaba en la tarima la excelente cantante cubana Elena Burques expresando su arte cuando al terminar una canción reconoció en el público a Lucecita y le hizo su correspondiente deferencia.

Tanto ella como el público le solicitaron al “Regalo de Borinken para la humanidad” que se subiera a cantar. Lucecita, siempre solidario con su público se subió a la tarima a cantar en dúo con Elena. ¡Aquello fue apoteósico! Un silencio absoluto dentro de una atención completa se hizo presente para escuchar aquellas soberanas voces acoplándose en armonía sin haber ensayado ni un minuto. Era un éxtasis colectivo en donde brotaron lágrimas de muchos ojos. Dicen que sintieron caer gotas de un cielo totalmente despejado. Alguien del público exclamo: “están llorando los ángeles de la emoción.”  La negra cubana y la mulata boricua la pusieron en el cielo. Otra ocasión similar fue el encuentro de los declamadores de poesía negroide Luis Carbonell de Cuba y Juan Boria. El cubano exaltando las poesías de Nicolás Guillén.

Y el boricua, el Faraón del verso negro, exaltando los poemas de Fortunato Vizcarrondo y Luis Palés Matos.

Allí todo era tum tum de pasas y grifería. Mientras el público cantaba: “A la Beddegué. Ay ay, a la Beddegué. Mi mamá no quiere que yo baye a la Beddegué”  Y volvían a Fortunato: “Loj negritoj de furó son Pichiche y Mateita: una joven parejita que son la envidia de tó. Bailando una sampagoya . La negra se remenea, y el negro la burrunea y la vuelve una mogoya. Y sigue el baile de rumba. De bemba, de bomba y timba. De maraca y de marimba. Con el meneo de cachumba” Y el público al son de bomba cantaba y bailaba: Briquitén, tan, tan Briquitán. Briquitén, tan, tan Briquitán. Entre ellos Capitol, Blakie, Papo y Moncho. El último no se quedaba atrás pues aprendió a bailar bomba con la negra Gregoria Ortiz (Goya) y su hija Martita, la negra más linda y cachonda de todo Santurce cangrejero y negro.

Fuera de la sede del Festival se hicieron varios eventos musicales con los cubanos. Nuestras fuentes informativas no recuerdan completamente los lugares, pero recuerdan que en el cine Puerto Rico, en la parada 24 de Santurce, fue uno de ellos. Ahí tocaron Los Papines.

Otro fue en el auditorio de la Universidad de Puerto Rico,  recinto de Río Piedras y otro en la Casa de España de Puerto Rico en la entrada del viejo San Juan.

Este último lugar fue el más complicado para el cuerpo de seguridad a cargo de la seguridad de los cubanos ya que era (y es) una casa palaciega con patios en sus alrededores, con dos niveles en su estructura y su salón de baile principal en la planta alta lo que daba la posibilidad de que pudiesen penetrar los contrarios, incluyendo los de Alpha 66. La situación se hizo más tensa porque allí iba a tocar la Orquesta Aragón con una agrupación musical boricua de primer nivel    (13). Papo Castillo realizó un estudio del lugar y de acuerdo a un croquis apostó el personal de seguridad. La Casa de España se llenó totalmente. Allí bailaron hasta los cojos y los de dos pies derechos al son de los violines y flautas de la charanga cubana y al son los panderos y tumbadoras de la plena y la bomba boricua.

Y como se esperaba algunos trataron de penetrar. Infructuosamente, excepto dos que lograron hacerlo por el patio trasero hacia una terraza en la parte superior que daba acceso al salón principal. Con la desgracia para ellos de que se encontraron con Bejo y Tanny. Y como no entendieron de razones Bejo y Tanny se vieron obligado a usar sus conocimientos boxísticos (sin tener que recurrir a otros niveles) para hacerlos entrar en razón. Terminaron tirados patas arriba en el patio.

Ese fue el único incidente durante todo los VIII Juegos Panamericanos  en donde se tuvo que usar la fuerza defensiva. Nadie le pudo poner un dedo ofensor encima a uno de los artistas cubanos, ni a los boricuas, ni a los de los otros países que participaron. Ni en la sede del Festival de Bomba y Plena, ni en ninguno de los sitios en donde participaron. ¡¡Y fueron muchas las amenazas y los intentos de intimidación, desde les vamos a arrancar la cabeza hasta los vamos matar sucios comunistas!!  (14)

Pero veamos el testimonio reciente sobre los de seguridad por parte de Papo Castillo que este nos cursara hace unos días: “Recibo con beneplácito esta iniciativa que me parece muy apropiada, alguien tenía que hacerlo, porque es parte de nuestra historia de pueblo, de nuestro legado para las futuras generaciones: y agradezco eternamente a mi entrañable amigo, el Licenciado Ramón (Moncho) O'Neill, haberme dado la oportunidad de pasar a ser parte de esta historia y sobre todo que se me fuera confiando un aspecto tan sensible como el que se me asignó, y que para bien decir de todos que formamos parte de ese evento cultural, se ejecutó magistralmente - fue el único aspecto de los Panamericanos donde no hubo necesidad de intervención policiaca- todo bajo control. Todavía, creo que conservo (ya que hace un par de meses hice una limpieza de mis archivos y voté muchos papeles que conservé por muchos años) los documentos con la lista de mi nómina de los que trabajaron en seguridad conmigo y hasta el croquis de la tarima donde se ilustran los puntos de postas de seguridad, etc. Si tengo la suerte de encontrarlos te los podría hacer llegar, si te interesan. Aprovecho para corregirte con relación a mi nombre, el cual no es José, sino Juan Antonio (Papo) Castillo Ayala. Luego leeré con calma el documento que acabo de recibir y veré que otros comentarios merezca el mismo de mi parte. Nos mantenemos en contacto. Un fuerte abrazo.”

Pero todo no fue miel sobre hojuelas. Los arribistas cizañeros lograron causar algunos problemas en las relaciones con el representante artístico de los cubanos. Porque Américo Miranda violando el contrato de exclusividad - y arriesgando la seguridad de  los artistas  -  los llevó a tocar sin conocimiento ni autorización de Pedro Clemente a un programa de televisión del productor Paquito Cordero, quien no expresaba solidaridad ni afinidad con el derecho a la independencia de Puerto Rico y menos con la independencia de Cuba. También corrieron el vil rumor - posterior a los VIII Juegos Panamericanos -  de que Pedro Clemente no le había pagado a Américo Miranda por las actuaciones de los cubanos. Tremenda difamación pues le pagó completamente y además, como un acto de solidaridad, le sobó la mano,  y bien sobada, bajo de la mesa. De eso dio constancia a los cizañeros Moncho O`Neill. Uno de los cizañeros, Carlos García – quien fungía como uno de los guardaespaldas del Lic. Juan Mari Brás, Secretario General del PSP – quien se jactaba de ser negro y marxista/leninista -  llegó al extremo de expresarle enojadamente a O`Neill que todos los del Festival de Bomba y Plena eran unos “negros lumpens” O´Neill le contestó que si tenía los tamaños fuera y se los dijera de frente. (15)

Llegó la última noche del Festival de Bomba y Plena en los VIII Juegos Panamericanos, era una noche apacible y despejada. De recogimiento colectivo y de fraternidad entre los miembros del Festival de Bomba y Plena. Blakie, quien era espiritista y quien tenía un adoratorio a sus deidades en su casa, conversaba con Moncho recordándole la razón del por qué se hacían los festivales de bomba y plena a la orilla o cerca del mar. Acabándole de decir que se hacía para estar en contacto con los espíritus de los negros esclavos que llegaron por el mar siglos atrás, súbitamente se desató una ventolera por varios minutos que movió todo. Blakie abrió los ojos como bolas de billar Y le dijo: ¡¡Viiijte, viiijte!! ¡¡Te lo dije, aquí están los espíritus de nuestros ancestros negros!!

La tarde antes de la salida al otro día en la mañana de la delegación cubana para Cuba, Clemente y Benítez le informaron a O`Neill que se habían enterado  de que en la noche el PSP realizarían un bailable, en el Centro Deportivo de la Unión Nacional de Trabajadores, con la participación de la delegación artística cubana cobrando entradas, bebidas y comidas. En ese momento entendieron el alejamiento e incomunicación del lángaro y conflictivo Américo Miranda con ellos. A lo que había que sumarle la seria diferencia que tuvo con Papo Castillo. (16)

Días después supieron por amistades que asistieron que la actividad con el PSP tuvo un lleno total y que convivieron armoniosamente, como debe ser, hasta la madrugada los cubanos y los boricuas. Y que de ahí salieron directamente para la Bahía de San Juan para llegar al barco que los llevaría de regreso a la patria de Céspedes, los Maceos y Martí.

Así, en parte, como una ironía más de la vida, unos “negros lumpens”, ¿negros lumpens? (según el calificativo de Carlos García (17) en unión a mulatos, mestizos y blancos (jóvenes, de 23 a 30 años) trabajando en armonía y a todo vapor, dentro de un contexto colonial fascista anexionista, con un gobierno represor y adverso a la presencia cubana en Puerto Rico. Con una alianza, en los hechos, entre artistas y sindicalistas con conciencia y orgullo de ser boricuas lograron romper el bloqueo cultural impuesto por décadas por el imperialismo gringo. Reivindicando con ello la alianza establecida entre el boricua Dr. Ramón Emeterio Betances Alacán y el cubano José Martí Pérez en el siglo XIX. Y el derecho de ambas nacionalidades a mantener y acrecentar sus relaciones, incluyendo las culturales. Haciendo válido el verso del poema de la poetisa puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió: “Cuba y Puerto Rico son, de un pájaro las dos alas. Reciben flores y balas en un mismo corazón.”  Y ayudando a su vez, aunque fuese indirectamente, a reafirmar las relaciones políticas entre el ex PSP y el Gobierno de la República de Cuba y la economía del ex PSP y de los artistas cubanos.

Fueron muchos días de mucho trabajo y de alta .tensión. Tensión aumentada por fuego amigo mediante intrigas cizañeras, calumnias y descrédito injustificados. Pero, lo anterior es pellizco de ñoco en comparación a lo importante y a lo sobresaliente como fue el rompimiento del bloqueo cultural entre Cuba y Puerto Rico impuesto por el imperialismo gringo por los del Festival de Bomba y Plena de Puerto Rico y sus aliados.

Este escrito es para reivindicar históricamente a los que verdaderamente rompieron el bloqueo impuesto a Cuba y Puerto Rico - a los vivos y a los muertos -. Quienes enfrentaron al fascismo colonial y al terrorismo por igual. En donde estuvo en juego sus integridades físicas y hasta sus propias vidas. Que sirva de legado, a decir de Papo Castillo, con lo cual coincidimos totalmente, para las actuales generaciones jóvenes y a las venideras de ambas Antillas.

Y tomando del siempre presente patriota, comandante Juan Antonio Corretjer Montes (poeta nacional boricua)

¡Alabanza, alabanza, alabanza a la manos tainas, blancas y negras que trabajan. Porque de ellas saldrá la nueva Patria liberada!


Desde México y Estados Unidos de América, a 28 de febrero de 2015.

                                                                       CONTINUARÁ


(1)     Para esos días Moncho O’Neill, nacido en el Santurce cangrejero con plenas y bombas por doquier, trabajaba como consejero académico en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico recinto de Río Piedras. En la universidad y en el bar de Pancho, cerca de la facultad de Ciencias Sociales, fue cuajando la idea del Festival de Bomba y Plena.
(2)     Al primero lo apodaban Capitol o Capitolio porque cuando era niño limpiaba zapatos en el capitolio colonial de Puerta de Tierra. Al otro Blakie por su negrura acentuada.
(3)      Los gringos tenían cerca las facilidades del Fuerte Brooke y en lo que era un campo abierto del Castillo San Felipe del Morro - parte del amurallamiento del Viejo San Juan construido bajo el imperialismo español – establecieron un campo de golf para sus oficiales.
(4)     Entonces no existía Inter Net, ni fax, ni teléfonos celulares.
(5)     Era de conocimiento público el actuar terrorista en Puerto Rico de Alpha 66 y sus vínculos con sus pares en Florida.
(6)     Mayengue (de apellido Hidalgo) fue conguero de la Orquesta Richy Rey y Bobby Cruz. Y es el papá del famoso conguero de fama internacional Giovanny Hidalgo, conocido como Mayenguito. ¡Quien lo hereda, no lo hurta!
(7)     La HGTPR era en ese momento, junto con la Unión de Tronquistas de Puerto Rico, la más combativa unión de trabajadores. Que bajo el liderato acertado de Víctor Rodríguez Figueroa en ese momento histórico enfrentó toda una política anti sindical, anti trabajadores y anti puertorriqueña del gobierno colonial de turno, que en ese momento era el Partido Nuevo Progresista (pitiyanqui y anexionista), bajo la dirección de Carlos Romero Barceló (Conocido como Charlie Horse)
(8)     Movimiento Independentista Revolucionario en Armas.
(9)     Tony Bernard, cuando estudiante universitario dentro de una manifestación estudiantil, sacó un recto de derecha que le pegó en la cara a un famoso teniente coronel de la represiva Fuerza de Choque de la Policía de Puerto Rico. Tony Muralla, era eso, más karateka. Bejo fue parte de los entrenadores de los campeones mundiales puertorriqueños de boxeo Esteban de Jesús y Wilfredo Benítez. Tenía las manos de pianista, pero pegaba como pata de mula. Tanny era boxeador en peso semi completo, donde pegaba no nacía vello. Gilberto, el mayor de todos, con un gancho de derecha que arrancaba cabezas (su gran orgullo, que siendo niño, le limpió los zapatos a Don pedro Albizu Campos) Cano Soto, de pocas palabras y mucha acción, respetado en Nemecio Canales y en todos lados. Edgardo, bravo y famoso con los que Héctor Laboe llamó Mi Gente por haber trabajado en publicidad de la Cervecería Corona. Papo, decía que como era flaco no podía pelear, que el usaba el dedo índice derecho. Exponiendo su vida impidió que una horda de fascistas incendiaran la Impresora Nacional en donde se publicaba Claridad, el periódico de la clase obrera y de la independencia patria. Tino, no se quedaba atrás. Cumplió 3 años de cárcel porque lo confundieron con su primo y no lo quiso delatar. Decía “que de noche todos los gatos son negros”.
(10) Los boricuas siempre desacataron la orden presidencial gringa que les prohibía viajar a Cuba manteniendo así la alianza política/militar establecida entre Ramón Emeterio Betances Alacán y José Martí Pérez.
(11) Se le conocía, según el pueblo, como “Charlie Horse” (Carlos caballo) por lo bruto que era. Minerva, la compañera de Moncho, contaba con su particular alegría un suceso que le aconteció a Carlos al abordar un avión. Narraba que cuando Charlie llegó a la puerta de entrada de la nave leyó un letrero que decía: Boing DC3. Luego de leerlo se sujetó del fuselaje del avión y comenzó a darle duro con la frente al fuselaje mientras contaba: uno, dos, tres. Uno, dos, y tres. Abollando el fuselaje.
(12) Rafael Cortijo y su combo con su cantante principal Ismael (Maelo) Rivera a finales de los años cincuenta y durante la década de los sesenta con su música, cantos, dichos, vestimenta, saludos y gestos fueron un huracán en Puerto Rico, el Caribe, Centro, Sur América y el propio EE.UU. Rescataron la genuina expresión de la bomba y de la plena. En forma directa o indirecta, consciente o no, fueron la trinchera  boricua musical/artística que paró en seco la imposición por los medios masivo de comunicación de la música yanquisante. Cortijo aunque no pudo participar en ese Festival de Bomba y Plena estuvo casi diariamente apoyando y aconsejando a los organizadores.
(13) Nuestras fuentes recuerdan; Bomplené, Quinto Olivo, Familia Cepeda, Gunda Merced, Batacumbele, Los Pleneros de la 23, Grupo Mapeyé, Los Hermanos Ayala y a La Familia Cepeda. Y creen que también estuvo Roberto Rohena y su Apolo Sound.
(14) Dice Papo Castillo: “Si en efecto, Ángel Luis Chico formó parte del grupo de seguridad que yo traje a trabajar. No sé si te interesa alguna anécdota adicional sobre lo ocurrido en la Casa de España, ejemplo: Desplazamiento del equipo de seguridad y las instrucciones impartidas al persona en general y las impartidas compartimentadamente al  equipo selecto para en caso de algún ataque armado, ya que como muy bien has dicho Alpha 66 había hecho amenazas de muerte y jurado que impedirían que se llevara a cabo la actividad en la Casa de España, y ante esa situación se seleccionó al personal de mayor confianza para que estuvieran artillados para en caso de una eventual agresión armada. Todavía recuerdo vívidamente el plan de contención y las instrucciones impartidas.”
(15)  Información de Papo Castillo: “También recuerdo vivamente un incidente entre Américo Miranda y yo en el hotel donde se hospedaban cuando lo tuve que poner en tiempo por unos comentarios arrogantes y peyorativos sobre los puertorriqueños. Luego se puso a decir que yo le había sacado una pistola,  lo cual es totalmente falso (según se puso a decir Carlos García, en el Colegio de Abogados, con el propósito de evitar que se me asignara la tarea de organizar la seguridad de los Nicaraguenses que luego fueron a Puerto Rico) Lo único que sucedió entre  Américo y yo fue una discusión aclaratoria acalorada de mi parte cuando vino a menospreciar el sacrificio de sangre de los puertorriqueños en la lucha por la libertad alegando que Puerto Rico, a diferencia de Cuba no se había derramado sangre. Entonces yo le dije que era un insolente, porque los puertorriqueños no solamente habían derramado su sangre en Puerto Rico, en nuestra lucha libertaria, sino que la manigua cubana estaba bendecida con sangre boricua y que en todo caso eran los cubanos los que no habían derramado una gota de sangre por la libertad de Puerto Rico. Es cierto que me indigné, pero eso no paso de ahí.” “Mañana me dedicaré a buscar los documentos que te prometí tratar de localizar. No sé si todavía le tienes algún uso.”
(16) Ibidem.
(17)  Expresa Papo Castillo: “Carlos García era compueblano mío, de Aguada y lo conocía desde que estaba en la escuela superior más adelantado que yo. Era un reverendo engreído que había que hablarle por tarjetitas. Su padre, del mismo nombre era chofer de carro público y a pesar de haber sido nacionalista en su juventud, cuando la revolución nacionalista de 1950, se desapareció pal campo y colgó los hábitos, No obstante a eso Garlos hijo, pertenecía al drill team de la Patrulla Aérea Civil, y en ese entonces se cantaba estadista. Yo nunca le simpaticé en aquel entonces por mi proselitismo independentista cuando me dedicaba a organizar la Federación Estudiantil Pro Independencia en la escuela. Con el tiempo pasó a ir a estudiar a la Universidad y se hizo simpatizante de la Federación Universitaria Pro Independencia. Cuando yo me fui a vivir a San Juan, me lo encontré hecho todo un independentista "come fuego". Pero en el fondo seguía siendo un negrito Oreo (negro por fuera y blanco por dentro).  Con el tiempo yo desaparecí y no supe más de el por años hasta que yo fui apresado en Nueva York, extraditado a Puerto Rico para ser enjuiciado. Luego fui exonerado y cuando salí del Oso Blanco, el me localizó y me dijo que Juan Mari quería verme y ahí me enteré que era de seguridad de don Juan. Este parrafito para poner en contexto a Carlos García.” “Sigo buscando entre mis cajas y he encontrado otras cosas que ya ni me acordaba que las tenía guardadas, pero todavía no he dado con la carpeta de Bomba y Plena. Seguiré buscando.”


  

 


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