viernes, 22 de julio de 2016

Viekes (Isla Nena) Primera Derrota al imperialismo gringo en el siglo XXI

Viekes (Isla Nena) Primera Derrota al imperialismo gringo en el siglo XXI 

Hoy 1ro. de mayo de 2016 se cumplen 15 años desde que la nación boricua o puertorriqueña expulsó del territorio nacional, de la parte proporcional de la isla municipio de Viekes (Isla Nena en lengua taina) a la marina de guerra imperial de Estados Unidos de América. Por más de 50 años la armada imperial y la fuerza aérea gringa, junto con sus pares de la OTAN y de la OEA habían utilizado los terrenos de Viekes como polígonos para sus ensayos militares y de nuevas armas. Con la anuencia y colaboración del Partido Popular Democrático y del Partido Nuevo Progresista, partidos que se auto proclaman puertorriqueños y que representan las dos caras de la sumisión colonial: el autonomismo y la anexión. 

Las fuerzas armadas del Gobierno imperial de Estados Unidos de América junto con las fuerzas armadas de la OTAN y de la OEA inmisericordemente bombardearon con todo tipo de armamento (agente naranja, Napalm, uranio degradado) lo que antes fueron terrenos altamente productivos para la agricultura y la ganadería bajo el falaz argumento de que eran indispensables para la defensa de la libertad y democracia en el planeta. También destruyeron sus hermosos y productivos arrecifes y minaron sus tranquilas y transparentes aguas con todo tipo de bombas, proyectiles y cohetes. Muchos de ellos posan en sus arenas sin estallar. 

Los bárbaros gringos arrinconaron en el 1/3 de terreno restante a la población sobreviviente viekense, quienes tenían prohibido entrar en el remanente de lo que antes eran terrenos municipales y privados viekenses. Además, tenían que sufrir la mayoría del año las prácticas de guerra con armamento vivo, de día y de noche, mientras sus condiciones sociales de vida y su salud en general se afectaban adversamente. El cáncer cundió por doquier, las enfermedades nerviosas también. 

Y mientras el resto del planeta cambiaba, Viekes parecía un pueblo estancado en la Segunda Guerra Mundial. Estancado por la prepotencia de una de las potencias vencedoras de esa hecatombe mundial, máxime representante del sistema capitalista imperial. 

Y por un azar del destino aconteció una muerte más de un civil  (de apellido Sanes) durante una de las prácticas de guerra. Ese fue la chispa que prendió la pradera que tuvo como resultado final la expulsión, cual veneno que se vomita, de las fuerzas armadas gringas de la Isla Nena. 

Los sectores patrióticos de Puerto Rico, que ya había logrado lustros antes expulsar de la isla municipio de Culebra a la armada de guerra gringa, rompieron su receso y volvieron a la carga en contra de las fuerzas imperiales. Acompañados por los sectores más conscientes de Viekes y de la Isla Grande (Boriken o Puerto Rico) y por la diáspora boricua. Y poco a poco fueron contando – en la medida que se difundió la asimétrica lucha – con la solidaridad internacional. 

Paulatinamente fue brotando la voluntad de nación. Fue brotando la estirpe de Agueybaná el Bravo, de los negros cimarrones, de los Vizcarrondos, de Valero, de Betances, de Ríus, Figueroa, de Tió, de Albizu, de Canales, Pérez, Corretjer y tantas otras y otros que nunca se postraron ante el imperio español ni el gringo. 

Y nuevamente surgieron las tácticas de la desobediencia civil y la resistencia pacífica. La estrategia era el transcurrir del tiempo para desgastar la moral y las finanzas del imperio. Baste mencionar que paralizar una práctica de guerra en donde intervienen portaviones cuesta más de mil millones de dólares, y fueron muchas las que se paralizaron.  

Los patriotas abrieron dos frentes uno marítimo y el otro terrestre. En el marítimo se ocupaba la armada viekense (los Barracudas) que se enfrentaba a los buques de guerra imperiales cruzando sus veloces botes pesqueros en sus trayectorias marinas, y tirándoles cadenas a las propelas de los destructores, acorazados, portaviones y demás navíos de guerra para pararle sus motores. Mientras que los terrenos usados como polígonos eran invadidos por los desobedientes civiles.  

Los campamentos surgieron en diferentes lugares y eran abastecidos por agua y tierra de lo que hiciera falta para resistir y por nuevas oleadas de boricuas y solidarios de otros países (dominicanos, mexicanos, españoles, chilenos y gringos) que iban a sustituir a los cansados y enfermos. 

De nada valieron los perímetros de la policía colonial, del F.B.I., de la marina de guerra, de los guardacostas. Todos fueron burlados, por mar y tierra por los patriotas y solidarios. Y llegaron los esperados arrestos y encarcelamientos. Decenas eran arrestados y encarcelados. Y decenas llegaron a reemplazarlos. (Algunos cumplieron sentencia y volvieron a desobedecer) Y así transcurrieron tres años hasta que finalmente los patriotas les doblaron las manos al imperio gringo. Porque el imperio estaba consciente que no cejarían los patriotas hasta expulsarlos de Viekes bajo el axioma de Rubén Berríos de que “Violar la ley del imperio es cumplir con la ley de la Patria”.  

Fueron tres años de asimétrico combate. El costo adverso para los patriotas: sobre 6,000 arrestados y sobre 600 encarcelados. El costo adverso para el imperio gringo: ser desenmascarado y desacreditado mundialmente; la pérdida de su polígono más importante en el planeta; y meses después su salida de  la base naval “Roosevelt Roads, su segundo complejo naval militar en importancia mundial (desde ahí se coordinaba toda la política militar con la OTAN en Europa y con la OEA en América) El costo positivo para los patriotas: recuperar esa parte del territorio nacional borinkano y un triunfo de los pitirres sobre el guaraguao imperial. El costo positivo para el imperio: ninguno. Fue una derrota total. En todo caso aquilatar bien las glándulas reproductoras de las y los boricuas. 

Es mandatorio señalar que durante los tres años de desigual combate no hubo un acto de sangre que lamentar. El imperio supo frenar a sus elementos agresivos. Pero no fue por acto de bondad o humanitario. Fue porque sabía que en la retaguardia de los desobedientes (y seguramente con los desobedientes civiles) estaba el Ejército Popular Boricua- Macheteros-. Organización política/militar que había expresado que no actuaría militarmente a no ser en forma contestataria a agresiones físicas en contra de los patriotas por parte de las fuerzas represivas imperiales. Todavía lo comandaba el comandante –siempre presente – Filiberto Ojeda Ríos. 

También es obligatorio mencionar la gran solidaridad de México. Nuestro eterno agradecimiento al Frente del Pueblo, a UNIOS, a la UVyD 19 de septiembre, al SME, SUTIN, UOM, SUEUM, Club Cultural Magonista, PPS, FPFVI, MLP, PT, SUAM, O:.M:.M:. y a tantos otros que hicieron suyo lo de Viekes 

Por lo antes expresado hay que entender que el imperialismo gringo sufrió su primera derrota política/militar en el siglo XXI, un día como hoy, hace 15 años (1 /mayo/ 2001) por la nación boricua con el apoyo de la solidaridad internacional 

También hay que entender que a partir del 1 de mayo de 2001 hay que añadirle a la conmemoración del Día de los Trabajadores (que debía ser diario) la conmemoración de la “Primera  Derrota al Imperialismo Gringo en el siglo XXI. 

¡¡Gloria eterna a la clase trabajadora¡¡ 

¡¡Gloria eterna a los boricuas que le infligieron la primera derrota política/militar al imperialismo gringo en el siglo XXI!! 

¡¡Gloria eterna a la solidaridad internacional¡¡   

En Monimbó, Nicaragua, a 1 de mayo de 2016. 
               
Por Carlos Rivera 
Con el apoyo de Toño Salas. 

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