jueves, 26 de abril de 2018

HACIA LA TOMA DEL PAÍS A TRAVÉS DE LA RESISTENCIA CIVIL PACÍFICA

HACIA LA TOMA DEL PAÍS A TRAVÉS DE LA RESISTENCIA CIVIL PACÍFICA

Por:  Ramón Nenadich Deglan’s

Todavía hay personas que creen o piensan que el régimen colonial que los Estados Unidos nos han impuesto tiene algún tipo de arreglo dentro de la relación con ese país extranjero.  Nada más lejos de la verdad.  Lo evidentemente cierto es que la colonia colapsó y su resquebrajamiento no puede ser recompuesto dentro de esas estructuras de dominación y sometimiento.  Hace un tiempo atrás sostuve una conversación telefónica con una exestudiante sobre la crisis que nos afecta y ella me dijo tajantemente:  “Eso lo arregla Alejandro García Padilla.”  Ante esa contestación, no pude responder nada porque me di cuenta que su mente estaba cerrada a otras alternativas y que, como mucha gente, ella estaba fanatizada con el Partido Popular.  De modo, que este escrito no va dirigido a las y los integrantes del corazón del rollo de los partidos u organizaciones políticas tradicionales.  Este trabajo va dirigido a ese sector del pueblo boricua que está más despierto y que sabe que es necesario buscar nuevas formas de acción para poder encaminar un verdadero y eficiente proceso de reconstrucción y liberación nacional.

Hasta el presente, casi todas las tácticas y las estrategias que han sido utilizadas por los partidos y grupos sociales no han dado buenos resultados.  Las huelgas en el Sistema de la U.P.R. han fracasado o sus victorias han sido limitadas.  Los paros nacionales tampoco han logrado detener los procesos de privatización y desmantelamiento de la esfera pública que impulsa la visión neoliberal dirigida por el PPD y el PNP en conjunto.  La única experiencia de resistencia civil pacífica que ha sido victoriosa en años recientes fue la lucha contra la Marina en Vieques.  No sólo ésta tuvo que abandonar su ocupación militar beligerante de la Isla Nena, sino que, además, tuvieron que irse de la base naval de Ceiba.  Claro está, este triunfo parcial tiene un profundo significado anticolonial, pues ha sido un gran paso  hacia la liberación definitiva de nuestra patria.

Ahora bien, actualmente nuestro pueblo atraviesa por la crisis más grave de toda su historia colonial, que ya sobrepasa los 500 años. Más de medio milenio.  En este corto espacio no es posible analizar las causas profundas de esta crisis, pero baste con decir que la misma es producto de la relación de subordinación política y económica a la que hemos sido sometidos por los Estados Unidos.  Ahora, con la Ley PROMESA y la Junta de Control Fiscal estamos avocados a ahogarnos más en la crisis.  Con las escuelas chárter, la entrega de la AEE a los intereses privados, el desmantelamiento de la UPR y la reducción de las pensiones entre un 10 y un 17% todo apunta en esa dirección.  Todas estas medidas draconianas nos conducirán hacia un empobrecimiento sin precedentes y de vuelta a una nueva especie de esclavitud.

Es también importante señalar que hasta hoy las elecciones controladas por los partidos corruptos no han resuelto nada.  Tampoco se ha logrado la descolonización a través de los plebiscitos, las comisiones ni las vistas de status en Washington ni en la ONU.  Asimismo, la resistencia armada clandestina tampoco ha sido efectiva.  Al imperio no le interesa resolver el problema colonial ni la crisis que ellos han creado en nuestro País.  Lo único que le interesa es seguirnos esquilmando para sacar de aquí todas las riquezas que se llevan anualmente, mientras nosotros nos empobrecemos más y nuestra gente se ve obligada a emigrar en busca de mejores oportunidades para ellos y sus familias.

Con la devastación ocasionada por el huracán María la crisis social y económica se ha agravado más y el gobierno estadounidense nos ha abandonado a nuestra suerte.  Esta actitud responde, sin lugar a dudas, a su política discriminatoria y genocida contra nuestro pueblo.  Política que ese gobierno ha demostrado siempre desde que nos invadieron ilegalmente en el 1898 y nos sometieron a una ocupación militar beligerante que perdura hasta el día de hoy.

Aunque un sector del pueblo es consciente del daño que nos ocasiona la política que está implantando el gobierno de los Estados Unidos a través de la Junta de Control Fiscal, una gran parte aparentemente se ha resignado.  Ya no es suficiente realizar protestas y marchas. No podemos confiar en la reciente negativa del gobierno colonial a implantar algunos de los planes de la Junta de Control Fiscal.  Tampoco debemos recurrir a la violencia porque eso le daría razones al tirano para más represión.

Ante toda esta situación grave sólo nos queda un camino:  organizarnos en cada barrio, en cada  pueblo, en cada escuela, en cada recinto de la Universidad de Puerto Rico, en cada taller de trabajo, en cada grupo o sector que se ve afectado por las políticas coloniales de la Junta de Control Fiscal y del gobierno estadounidense, para juntos buscar soluciones e  iniciar una campaña de resistencia civil pacífica ininterrumpida hasta que  acabe de colapsar lo poco que le queda al sistema colonial y podamos lograr el rescate de nuestra libertad y soberanía sin intervención extranjera.  Los padres, madres, maestros y estudiantes deben hacerse cargo de las escuelas; los estudiantes y empleados deben  hacerse cargo de  los recintos de la UPR; los trabajadores deben  hacerse cargo de los talleres de trabajo, las oficinas de gobierno, así como otros lugares sensibles y mantenerlos funcionando en beneficio del pueblo hasta que el gobierno colonial y la Junta  renuncien a todas sus  exigencias.  Sólo así lograremos dar inicio a un nuevo proyecto de liberación nacional que nos conduzca a la solución definitiva de esta crisis que nos agobia y que amenaza con agravarse todavía más.

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